OJOS
CAFÈ
11 de Enero de 2001
Escribo este diario para mi madre, espero que algún día llegue a tus manos.
Hola mamá, sé que en estos momentos te encuentras muy decepcionada de mí, la última vez que nos vimos fue en un hecho muy doloroso, la muerte de mi padre, discúlpame por huir de esa manera de casa.
Hoy te puedo decir que te entiendo, hace unos meses perdí al amor de mi vida, sí, a Andrea, ¿la recuerdas? La razón por la que dejé mis estudios y decidí irme a recorrer el mundo en el peor momento que mi familia pudo a travesar.
Escribo por que necesito desahogarme, sé que cuando el diario llegue a ti ya será un poco tarde.
Recuerdo aquella noche de amor y pasión; La culpable de todas mis dos mayores desgracias estaba presente. Mi peor enemiga otra vez en mi vida.
Ahora puedo decir que a mi corta edad he conocido lo que es el verdadero amor, pero tristemente conocí lo que es realmente estar sola y deprimida.
13 de Enero de 2001
Anoche soñé con Andrea, tuve el recuerdo más bonito de toda nuestra relación. Fue el momento en el que nos conocimos, ese día me encontraba como siempre sentada en el café de la esquina mirando a través de la ventana como caían las gotas de lluvia en esa mañana y paso ella, nuestras miradas se cruzaron y fue en ese preciso momento cuando descubrí que mi felicidad estaría al lado de esos ojos cafés.
5 años después, puedo decir que fue la mejor experiencia de mi vida; el recordar cada una de sus palabras, sus caricias, sus miradas, sus labios, y hasta sus pies, me derrumba, cada vez que recuerdo me siento débil, la fuerza y el ánimo que tenía de vivir se ha esfumado.
Si algún día lees este diario, perdóname, no fui lo suficientemente valiente para continuar mi vida sin ella.
25 de Enero de 2001
Pensé que la anterior sería mi última carta, pero heme aquí escribiendo de nuevo; he tenido tiempo suficiente para llegar a la conclusión que ella me arrebato a las dos personas más especiales de mi vida, a mi padre y a Andrea.
Nuestra relación de madre a hija no fue la mejor, pero te escribo a ti porque eres mi única familiar. Mi padre fue un hombre maravilloso, recuerdo que cada mañana durante me infancia, llegaba con una canción distinta a levantarme, sé que mientras fui creciendo me aleje un poco de él, lo que no significa que lo dejara de admirar por ser ese hombre que a pesar de no estar en los mejores momentos y situaciones siempre tenía una sonrisa para mí.
Hiere recordar esos últimos meses donde conoció a Andrea, allí se convirtió en una persona diferente, no me arrepiento de lo que hice, porque sé que en esos instante era mi única opción para poder ser feliz junto a ella.
Siempre me caractericé por mis problemas de bipolaridad aunque no eran constates, aquella tarde que pasó aquella desgracia puedo decir que nunca había me había sentido así; fue su culpa, él hizo que reaccionara así, su insistente consejo de que abandonara a Andrea fue el detonante para aquella pelea, que ahora que recuerdo fue algo muy tonto para mí reacción, pero ya qué, no me arrepiento de nada, absolutamente de nada de lo que he hecho en mi vida, he sido feliz, muy feliz.
Sé que me odias, sé que siempre quisiste tener un hijo, y no una niña con problemas como yo, era tu sueño, tu mayor anhelo. Luego de 20 años, los que tenía cuando me fui de casa, nunca lograste superar esa decepción de tener una hija, sí, una hija, que te robara el cariño y la atención de mi padre, a pesar de que no fuera la mejor hija.
Pero basta, yo no escribo para reclamarte nada, escribo porque necesito desahogarme, en este lugar mi única compañía es este cuaderno, en el cuales escribo cada vez que la soledad me acongoja.
3 de Marzo de 2001
Después de dos meses no pensé volver a escribir, estuve aislada del mundo y las personas por un tiempo, en este lugar todo es negro, el único color que tiene mi vida son los recuerdos.
Cada noche sueño con sus ojos cafés, a cada instante vienen a mi mente sus palabras de amor. Todo era perfecto con Andrea, aunque no soportara ese estúpido vicio de fumar antes de cada encuentro, pero ella era la persona con la que yo quería estar.
Sonrío cada vez que recuerdo a una bella y hermosa chica con la que llegue a mi casa, pensaban que estaba loca, que nuevamente mis trastornos de personalidad habían aparecido, pero no, yo realmente la amaba y la amo.
Sí madre, sé que verme con ella te decepcionó, volvió a ti ese malo recuerdo del día que nací cuando te dijeron:
-
Señora es madre de una hermosa niña
Todos tus planes de tener un hijo en ese instante se derrumbaron, porque había sido yo la que nació, y no tu adorado Francisco, que, bueno, años después llego.
Revisando las anteriores paginas me doy cuenta que nunca me despido, quizás porque no quiero dejar de escribirte y contarte cada una de mis cosas y lo que siento de estar en este lugar.
18 de Marzo de 2001
Volvió a mí el horrible recuerdo de esa noche, sí, la última noche que estuve con Andrea, esa terrible y fría oscuridad en la cual todo termino, donde aquellos ojos cafés dejaron de brillar.
He dejado de escribir porque tengo mucha rabia, no soporto estar en este lugar, necesito respirar aire puro, sentir como el sol acaricia mi piel, como caen las gotas de lluvia y tomarme ese delicioso café de las mañanas.
No soy adicta a la cafeína, pero ese café es el cielo, es sentirme renovada y con ánimos de vivir, además si recuerdas fue el lugar donde conocí a Andrea.
Me hace tanta falta dormir y pensar que al levantarme todo cambiará y que esto solo fue una terrible pesadilla, que despertaré a su lado mirando su hermoso rostro, pero no, despierto y lo único que veo son estas cuatro paredes grises, que poco a poco están acabando conmigo.
Pero, madre fue su culpa, ella fue la que me obligó a hacerlo, ella y su terrible desconfianza, ella me obligo a acabar con su vida, así como acabé con la de mi padre.
5 de Abril de 2001
Después de varios días vuelvo a escribir porque supongo que luego de la confesión pasada debes estar muy molesta, enojada y triste conmigo.
Hoy se cumplen 5 años de la muerte de Andrea, ya no puedo más con esto, Sí, fui yo la que los mató, pero ellos fueron los culpables, ellos me obligaron con todas sus acciones a cometer tales hechos.
Ahora me arrepiento porque fue a las dos personas más importantes de mi vida, a las que les hice mucho daño, personas que daban la vida por mí, que nunca me abandonaron.
Pero qué puedo hacer ahora ya pasaron 7 años después de la muerte de mi padre, y se conmemora 5 años de la muerte de Andrea.
¿Y qué me quedo a mí?, nada, estoy encerrada en una cárcel, acusada de asesinato, acusada del asesinato del amor de mi vida. `
15 de Enero de 2002
Hola nuevamente, sé que te encuentras dolida, que tal vez estaré escribiendo en vano porque, quizás luego de mi confesión no continuaste leyendo, pero para mí es necesario escribir, es mi única forma de sentirme libre en este lugar.
Otra vez estuve aislada de las demás presas por motivos de conducta, por eso dejé de escribir varios meses, lo único que me alegrado en estos años acá, es que ya en 6 meses cumplo mi condena y podre salir de acá.
Y espero llegar a casa y poder pedirte perdón y darte un abrazo como el que nunca nos dimos.
18 de Enero de 2002
Ya no me encuentro tan feliz por salir, porque me puse a pensar y no tengo a nadie que me este esperando a fuera, tal vez tú ya tienes una nueva familia y yo no te hago falta.
He estado trayendo a mi cabeza repetitivamente el recuerdo de los dos asesinatos, la forma en la que envenené a mi padre, y de cómo enterré el cuchillo en el pecho de Andrea, son escenas muy dolorosas para mí, pero de igual forma muy placenteras y no me explico la razón de por qué lo siento así.
Si estás leyendo este diario pensaras que estoy loca (todos lo dicen) pero realmente no es así, me gusta experimentar el placer de diferentes forma, y con asesinar lo sentí, nunca fue mi intención experimentarlo de esa manera pero las circunstancia se dieron y los disfruté.
Mucho después llegó el arrepentimiento y el dolor por sentirme sola sin estas dos personas a mi lado, pero aun más cuando me di cuenta que a la que había matado era a Andrea, a la chica que me cautivo con esos ojos cafés, yo acabé con su vida.
Pero ya qué me importa, ahora solo quiero morir, solo quiero sentir nuevamente el placer de matar, así sea a mí misma.
16 de Febrero de 2002
Escribo hoy, porque acabo de salir del hospital, estaba internada porque intente suicidarme, pero uno de los guardias entró a mi celda y me salvó la vida.
Hoy me encuentro agradecida con él, en estos días ha sido muy atento conmigo, fue mi guardián mientras estuve hospitalizada, creo que le gusto, y no te puedo negar que me empezó a interesar, se llama Andrés y grata casualidad que sus ojos son iguales de brillantes y cafés.
A veces a escondidas de las demás reclusas y guardias, él me trae regalos, y se coloca a hablar conmigo, es muy interesante y atractivo, aunque tengo miedo de acercarme tanto a él y enamorarme, porque no quiero hacerle daño, no quiero que la historia se repita.
5 de Mayo de 2002
Durante este tiempo he tenido buena conducta, ya hasta hablo con mi compañera de celda, que por cierto, también es muy bonita e interesante.
Pero desde que Andrés me salvó la vida, ya estar en este lugar no es tan malo, el se ha dado cuenta de mi relación con mi compañera, es un poco celoso, pero aun así, sigue siendo especial conmigo.
Como lo dije en los días pasados, no sé si estoy perdiendo el tiempo escribiendo esto, porque tal vez ya no te interesa seguirme leyendo, pero de algo si estoy segura es que escribir me hace mucho bien.
10 de Junio de 2002
Durante este tiempo, he mantenido una relaciona a escondida con Andrés, pero estos últimos días han sido muy difíciles, es una persona muy posesiva y celosa.
Hace días atentó contra mi vida, por celos; tengo mucho miedo de que lo vuelva a ser, solo faltan cinco días para salir en libertad, espero que pasen pronto y logre salir con vida de este lugar.
13 de Junio de 2002
Esta será la última vez que escriba, porque presiento muy cerca la muerte, ayer tuve una discusión muy fuerte con Andrés, juró que se vengaría por mi traición con la compañera de celda, tengo miedo.
Si este diario llega a tus manos antes que nos veamos, es porque estaré muerta; pero quien este leyendo, no le pido que me entienda, pero tampoco que me juzgues, fueron momentos de rabia que terminaron en crímenes horribles.
Y ya para despedirme, quiero decirte que te quiero, que pensándolo bien el único motivo que me mantuvo viva hasta este momento fuiste tú.
Con amor tu hija
Sofía.